Nuevas historias comienzan llenas de ilusiones y despreocupaciones por la bendición de la consecuencia de hacer bien las cosas, otras se rehacen y renacen queriendo hacerlas, son caminos distintos pero con un fin en común aprovechar cada segundo de vida y aprender a gozarlos sacando lo mejor de aquellos que se nos deslizan en cada secuencia que avanza el minutero de nuestro propio reloj.
Alegría, serenidad y muchas ganas son lo que siento hoy después de vivir la catarsis de los días sábados desde hace ya algún tiempo cuatro horas de verdadera limpieza espiritual cargado de las mejores vibras que existen, renovado y casi sonriente.
Despertando al Psíquico que llevo dentro solamente de vuelta a mis primeras etapas de mi vida, más místico y espiritual que nunca.